lunes, agosto 22, 2005

Sin novedad en el frente...

Muchas semanas despues de empezar esa lenta agonia hacia el fin de mi existencia tras un largo peregrinar de sufrimiento y dolor, o como algunos llaman resumiendo, el trabajo, he llegado a un punto de inflexion... el caso es que me gusta, y ahora que salgo con otro compañero totalmente ignorante de lo que hacemos mas.

Me gusta asustar a los clientes taladrando sus paredes, haciendo sonar la sirena cuando estan acostando a sus pequeños vastagos, graparles las paredes con cables y decir que no habia otro camino posible, decir que es su culpa y cobrarles por ello y por el sudor de mi frente ante sus airadas quejas y suplicas, hacerme pasar por un ser de esos competentes y hacerle tragar las falacias y excusas tecnicas cuando el cacharro en cuestion salta por los aires...

Pero hay una cosa que no me gusta y hace esto un lugar al que no me gusta ir... la gente ¬¬... y es que aunque pueda ser gracioso atormentarles, le quita toda la gracia ver en sus despachos o vitrinas, esas banderitas nacionales con un pollo, libros partidistas sobre un tio bajito con bigote con titulos como Viva, Arriba y esas cosas... creo que porque el tio era un retaco... pero eso es lo que no me gusta de esta manera de prostitucion amparada por el estado, es decir del trabajo, la gente y lo sobrevalorada que esta la raza humana en comparacion con el resto de las especies que habitan el planeta.

Me asombro de ver especies que yo creia extinguidas, como el homo radicalus con una amplia variedad de colores e inclinaciones, pero ya veo que no... se que existen aun resquicios donde radicales de uno y otra parte habitan... pero los creia mas escondidos... una pena.

Por lo menos, siempre me quedara la opcion de taladrarles la puerta con el pasamuros o llevarme por delante el mueble de la abuela... ^^

2 Comments:

Anonymous Anónimo dice...

Je je je, la gente. Qué me vas a contar. Yo que he estado lo que me parece media vida en una centralita, atendiendo desde curas que piden porno hasta señoronas oxigenadas que llaman a objetos perdidos y el único dato que te dan es que el taxi era un mercedes, porque claro, ella nunca coge un taxi que no lo sea, o gente que quiere poner una esquela cuando ya se ha puesto a imprimir el diario y le dices que es imposible y te sale con que si "tú no sabes quién soy yo!" Y lo peor es que luego te lo explica y tú te quedas en plan "OH, sí, que importante es usted", pero sigues sin poder parar las máquinas.
Sé lo que es odiar a toda la raza humana y querer quedarte encerrado en casa para que no te contagien y juntarte sólo con la gente que ya conoces y sabes que es normal y poder llegar hasta ellos sin cruzarte con nadie en el camino.
Bienvenido al club de los rancios! X-DD

4:27 p. m.

 
Blogger Night dice...

¿Tu conoces gente normal? que callado te lo tenias ^^

11:38 p. m.

 

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